INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
En aquel tiempo, dijo Jesús a
sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al
Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre;
pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de
esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones,
sino que os hablaré del Padre claramente.
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo
que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque
vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios.
Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez
dejo el mundo y me voy al Padre».
Celebramos el VI Sábado de Pascua. Hoy la Iglesia celebra la memoria de San Isidro, cuyo nombre era Isidro de Merlo y Quintana, estuvo casado con Santa María de la Cabeza.
Fue beatificado por Pablo V el 14 de Junio de 1619 y canonizado el 12 de Marzo de 1622 por Gregorio XV. Fue declarado patrono de los agricultores españoles por Juan XXIII.
En el Evangelio de este VI Sábado de Pascua, Jesús trata de consolar a los discípulos y les anima para poder enfrentarse a las dificultades (Jn 16,23-28).
Jesús sigue profundizando tanto en su relación con el Padre como en las consecuencias que esta unión tiene para sus seguidores: esta vez respecto a su oración. Ahora que Jesús “vuelve al Padre”, que es el que le envió al mundo, les promete a sus discípulos que la oración que dirijan al Padre en nombre de Jesús será eficaz. El Padre y Cristo están íntimamente unidos. Los seguidores de Jesús, al estar unidos a él, también lo están con el Padre. El Padre mismo les ama, porque han aceptado a Cristo. Y por eso su oración no puede no ser escuchada, “para que vuestra alegría sea completa”.
Oremos al Señor y le pedimos, por intercesión de María, que nos ayude a ser testimonio de amor en nuestros ambientes, y eliminemos toda atentado al amor en nuestra vida. Oramos por los hombres y mujeres del campo, y por sus justas reivindicaciones. Amén.
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