INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
151Yo
soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. 2A todo sarmiento que
no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más
fruto. 3Vosotros
ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; 4permaneced en mí, y
yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en
la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5Yo soy la vid,
vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto
abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. 6Al que no permanece
en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los
echan al fuego, y arden. 7Si
permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis,
y se realizará. 8Con
esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos
míos.
Celebramos el V Domingo de Pascua. Miramos en el Mes de Mayo, con especial interés y devoción, a la Virgen María.
Ella sobresale entre todas las mujeres y es la "parte mayor, la parte mejor, la parte principal y más selecta" de la Iglesia. Ella nos presenta al Espíritu del Señor como el auténtico artífice de la vida cristiana y de la Iglesia.
En el Evangelio de este V Domingo de Pascua, Jesús utiliza la imagen de la viña para transmitir un mensaje de comunión y de unión.
Vinculados a Dios por el amor, los apóstoles darán fruto. Serán los amigos de Jesús y llevarán a cabo la obra que les ha confiado, difundirán el amor entre todas las personas (Jn 15,1-8).
Efectivamente, Jesús nos exhorta a no desfallecer nunca en amar de corazón: “Amemos con obras y según verdad, no de palabras ni de boca”. Dios es amor y nuestra vocación es amarle con todo el corazón y al prójimo como a nosotros mismos.
El Señor nos invita en este día a mantenernos fiel: “Permaneced en mí y yo permaneceré en vosotros”.
Si estamos unidos a Cristo daremos frutos de buenas obras: “El que permanece en mi y yo en él, ése da fruto abundante. Sin mí no podéis hacer nada”.
Supliquemos la
venida del Espíritu Santo para que nos conceda ser santos y capaces de
interiorizar el Evangelio. Amén.
LIBROS DE FRANCISCO BAENA CALVO EN BUBOK
CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE