Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
51Y
llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. 2Apenas
desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de
espíritu inmundo. 3Y
es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie
sujetarlo; 4muchas
veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y
destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. 5Se
pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e
hiriéndose con piedras. 6Viendo
de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él 7y
gritó con voz potente: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios
altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes». 8Porque
Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre». 9Y
le preguntó: «¿Cómo te llamas?». Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos
muchos». 10Y
le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. 11Había
cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. 12Los
espíritus le rogaron: «Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos». 13Él
se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los
cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se
ahogó en el mar. 14Los
porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la
gente fue a ver qué había pasado. 15Se
acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado,
vestido y en su juicio. Y se asustaron. 16Los
que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los
cerdos. 17Ellos
le rogaban que se marchase de su comarca. 18Mientras
se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le
permitiese estar con él. 19Pero
no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo
que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti». 20El
hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho
con él; todos se admiraban.
Celebramos en este Lunes de la Cuarta Semana del Tiempo Ordinario.
¡Cuántas veces las cosas nos anclan en la "cultura del tener" y nos hacen insolidarios con "la cultura del ser" y resuenan en nosotros aquellas palabras mágicas de Jesús atentando contra nuestros apegos: "Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero" (Lc 16,13)!
En el Evangelio de este Lunes de la Cuarta Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según San Marcos (Mc 5,1-20).
Jesús llega a la región de los gerasenos, después de calmar el mar, símbolo de las fuerzas caóticas del mal, y allí tiene un encuentro con un endemoniado de Gerasa.
El encuentro con Jesús, que lo libera de los "espíritus inmundos", lo convierte en una persona libre, y decide "irse con él". Pero Jesús le encomienda ser testimonio en su casa y entre los suyos: "Vete a tu casa, con tus parientes y cuéntales todo lo que te ha hecho el Señor y cómo ha tenido compasión de ti".
Señor nuestro ayúdanos a crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad. Haznos capaces de transmitir con nuestra vida tu Gloria. Amén.
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