Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
13Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él. 14E instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, 15y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios: 16Simón, a quien puso el nombre de Pedro, 17Santiago el de Zebedeo, y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, los hijos del trueno, 18Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná 19y Judas Iscariote, el que lo entregó. 20Llega a casa y de nuevo se junta tanta gente que no los dejaban ni comer.
Celebramos el Viernes de la Segunda Semana del Tiempo Ordinario.
La salvación es un regalo de Dios que no se consigue por méritos propios.
La salvación nos la ha merecido Jesús de Nazaret, muerto y resucitado.
Su vida, muerte y resurrección nos revela cuánto nos ama Dios.
En el Evangelio de este Viernes de la Segunda Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según San Marcos (Mc 3,13-19).
Jesús elige a los doce discípulos. Los eligió para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios.
Jesús quiere formar un nuevo Israel donde se vivan los valores del Reino de Dios. Y elige a Doce, como los doce tribus de Israel. Jesús quiere ser acompañado y se convierte en maravilloso acompañante.
Oramos en esta Semana de Oración por la Unidad de los cristianos : Dios de amor y de misericordia, enséñanos la alegría de compartir en tu paz. Llénanos de tu Espíritu Santo para que podamos derribar los muros de hostilidad que nos separan. Amén.
LIBROS DE FRANCISCO BAENA CALVO EN BUBOK
CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE