Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al
Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre;
pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de
esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones,
sino que os hablaré del Padre claramente.
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo
que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque
vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios.
Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez
dejo el mundo y me voy al Padre».
Celebramos el VI Sábado de Pascua. Y miramos en el Mes de Mayo, con especial interés y devoción, a la Virgen María.
Ella es la perfecta discípula de Cristo, la mujer que Dios eligió para ser la madre del Mesías, ella que guarda la Palabra de Dios en su corazón y la medita en su interior.
En el Evangelio de este VI Sábado de Pascua, Jesús trata de consolar a los discípulos y les anima para poder enfrentarse a las dificultades (Jn 16,23-28).
Jesús sigue profundizando tanto en su relación con el Padre como en las consecuencias que esta unión tiene para sus seguidores: esta vez respecto a su oración. Ahora que Jesús “vuelve al Padre”, que es el que le envió al mundo, les promete a sus discípulos que la oración que dirijan al Padre en nombre de Jesús será eficaz.
El Padre y Cristo están íntimamente unidos. Los seguidores de Jesús, al estar unidos a él, también lo están con el Padre. El Padre mismo les ama, porque han aceptado a Cristo. Y por eso su oración no puede no ser escuchada, “para que vuestra alegría sea completa”.
Reza en este día abriendo de par en par tu vida a la presencia del Eterno. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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