Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio
no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el
testimonio que da de mí.
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha
dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de
un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara
que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el
de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que
hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.
Y el Padre que me envió, él mismo ha dado
testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su
palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis.
Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en
ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir
a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que
el amor de Dios no está en vosotros.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me
recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibiréis.
¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis
gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No
penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en
quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí,
porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a
creer en mis palabras?».
Celebramos el Jueves de la Cuarta Semana de Cuaresma.
El Papa Francisco nos recordaba que “de hecho, el cristiano reza con la conciencia de ser amado sin merecerlo. La oración puede asumir formas distintas, pero lo que verdaderamente cuenta a los ojos de Dios es que penetre dentro de nosotros, hasta llegar a tocar la dureza de nuestro corazón, para convertirlo cada vez más al Señor y a su voluntad”.
En este Jueves de la Cuarta Semana de Cuaresma leemos el Evangelio de San Juan (Jn 5,31-47).
El Evangelio de San Juan continúa el relato de la curación del enfermo inválido en la piscina de Betesda.
Jesús aporta testimonios que autentifican su misión. El testimonio de Juan, el Bautista, el precursor, y el testimonio de Dios mismo, que se hace accesible a los hombres de dos maneras: por las obras que Jesús realiza, y por las Escrituras. Y Jesús reprocha a sus contemporáneos no haber escuchado realmente a Moisés: «si creyerais en Moisés, creeríais también en mi».
Pedimos a Dios por todas las familias, especialmente las más necesitadas. Amén.
ESPECIAL: CUARESMA 2023.
Seguro que esta lista de reproducción sobre la Cuaresma te ayudará vivirla con intensidad cristiana y con auténtico talante cristiano.
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