Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de
nacimiento. Y escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los
ojos al ciego y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa
Enviado).»
Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los
vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: «¿No es ése el
que se sentaba a pedir?»
Unos decían: «El mismo.»
Otros decían: «No es él, pero se le parece.»
Él respondía: «Soy yo.»
Llevaron ante los fariseos al que había sido
ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los
fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.
Él les contestó: «Me puso barro en los ojos, me
lavé, y veo.»
Algunos de los fariseos comentaban: «Este hombre
no viene de Dios, porque no guarda el sábado.»
Otros replicaban: «¿Cómo puede un pecador hacer
semejantes signos?»
Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle
al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?»
Él contestó: «Que es un profeta.»
Le replicaron: «Empecatado naciste tú de pies a
cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?»
Y lo expulsaron.
Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y
le dijo: «¿Crees tú en el Hijo del hombre?»
Él contestó: «¿Y quién es, Señor, para que crea
en él?»
Jesús le dijo: «Lo estás viendo: el que te está
hablando, ése es.»
Él dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante él.
Celebramos el Cuarto Domingo de Cuaresma.
“La Cuaresma es tiempo de atravesar fronteras y de salir de todas las esclavitudes y zonas oscuras, de obedecer la llamada a levantarse y a subir al monte redentor. La Cuaresma es tiempo de gustar el don de la entrañable misericordia divina, de sabernos hijos de Dios y amigos de Jesús. La oración, el trato de intimidad con Dios nos reavivan la conciencia de lo que somos, semejanza divina! (Ángel Moreno).
En este Domingo de la Cuarta Semana de Cuaresma leemos el Evangelio de San Juan (Jn 9,1-38).
El evangelio de San Juan nos presenta la curación del ciego de nacimiento.
La curación del ciego de nacimiento es una buena noticia para los cristianos al reconocer el gran don de la fe y el reconocimiento de Jesucristo como la Luz verdadera.
El texto tiene grandes resonancias bautismales: el paso de las tinieblas a la luz de la fe.
Debemos reconocer que somos invitados a entrar en el proceso de fe: “saber ver” la vida y la historia desde Dios.
Señor mío, muéstrate con toda tu fuerza como hiciste con Pablo de Tarso, Agustín de Hipona, Francisco de Asís, Edith Stein... Amén
ESPECIAL: CUARESMA 2023.
Seguro que esta lista de reproducción sobre la Cuaresma te ayudará vivirla con intensidad cristiana y con auténtico talante cristiano.
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