Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
38Habéis
oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. 39Pero
yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te
abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; 40al
que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; 41a
quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; 42a
quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. 43Habéis oído que se
dijo: “‘Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”. 44Pero yo os digo: amad a
vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, 45para que seáis hijos de
vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la
lluvia a justos e injustos. 46Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No
hacen lo mismo también los publicanos? 47Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de
extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? 48Por tanto, sed
perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.
Hoy la Iglesia celebra el Domingo VII del Tiempo Ordinario.
“La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama con razón “día del Señor" o domingo.
En este Domingo VII del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 5,38-48).
Jesús tiene una pretendida autoridad para relativizar la Ley y nos recuerda que la caridad del creyente, que brota del amor de Dios, tiene que ser universal, abierta a todos, incluso a los enemigos.
Pidamos especialmente por la diócesis de Córdoba: ¡Oh, Padre, que en cada una de las Iglesias, peregrinas en la tierra, manifiestas el misterio de la Iglesia universal: una, santa, católica y apostólica; haz que nuestra Iglesia diocesana de Córdoba se una a su pastor, nuestro Obispo Demetrio, y por el Evangelio y la Eucaristía se congregue en el Espíritu Santo, para que manifieste dignamente la universalidad de tu pueblo y sea signo e instrumento de la presencia de Cristo en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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