Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde
estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del
sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro;
se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el
suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el
sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la
cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro;
vio y creyó.
Hoy la Iglesia celebra a San Juan Evangelista.
San Juan esa natural de Betsaida de Galilea, fue hijo de Zebedeo y de Salomé, y hermano de Santiago, el Mayor. Siendo primeramente discípulo de San Juan Bautista y buscándolo con todo corazón el reino de Dios, siguió después a Jesús, y llegó a ser pronto su discípulo predilecto.
Después de la Resurrección se quedó Juan en Jerusalén como una de las «columnas de la Iglesia» (Gal 2,9 ), y mas tarde se trasladó a Efeso del Asia Menor. Desterrado por Domiciano ( 81–96) a la isla de Patmos, escribió allí El Apocalipsis.
A la muerte del tirano pudo regresar a Efeso, ignorándose la fecha y todo detalle de su muerte. Además de El Apocalipsis y tres Epístolas, compuso a fines del primer siglo El Evangelio que lleva su nombre. Ha sido denominado el Evangelista del Amor.
En esta Fiesta de San Juan Apóstol Evangelista leemos el Evangelio de San Juan (Jn 20,2-8).
En el primer día de la semana, María Magdalena le comunica a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, que "se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". Y los dos corrían juntos. Al llegar al sepulcro, vieron las vendas en el suelo. Y, al entrar el discípulo, "vio y creyó", porque la muerte ha sido vencida.
Señor, en este tiempo de Navidad, venimos a pedirte paz, sabiduría y fortaleza. Hoy queremos mirar el mundo con ojos llenos de amor; ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno. Amen.
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