Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
41Sus
padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. 42Cuando cumplió doce años, subieron a la
fiesta según la costumbre 43y,
cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que
lo supieran sus padres. 44Estos,
creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se
pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; 45al no encontrarlo, se volvieron a
Jerusalén buscándolo. 46Y
sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de
los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47Todos los que le oían quedaban
asombrados de su talento y de las respuestas que daba. 48Al verlo, se quedaron atónitos, y le
dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos
angustiados». 49Él
les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las
cosas de mi Padre?». 50Pero
ellos no comprendieron lo que les dijo. 51Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su
madre conservaba todo esto en su corazón.
Celebramos el Sábado de la Décimo Segunda Semana del Tiempo Ordinario.
Ayer celebrábamos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Hoy la Iglesia celebramos el Inmaculado Corazón de la Bienaventurada Virgen María, íntimamente unida a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
En el Evangelio de esta fiesta del Inmaculado Corazón de María leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 2,41-51).
A pesar de que las obras de su Hijo les sobrepasaban, María guardaba todo eso, vida y palabras de Jesús, en su corazón. Para María de Nazaret, su Hijo fue la luz que iluminó el misterio de su vida.
Dirijámonos a la Virgen María para que interceda por todos los jóvenes de nuestro tiempo, y también le decimos: “PRÉSTAME MADRE TUS OJOS, para con ellos mirar, porque si con ellos veo, nunca volveré a pecar. PRÉSTAME MADRE TUS LABIOS para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.. PRÉSTAME MADRE A TU HIJO para poder amar. Si tú me das a Jesús, qué más ya puedo desear. Amen”.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).

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