Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
En aquel tiempo, al salir
Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La 38Al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La
suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella. 39Él, inclinándose sobre
ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso
a servirles. 40Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas
dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba
curando. 41De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y
decían: «Tú eres el Hijo de Dios». Los increpaba y no les dejaba hablar, porque
sabían que él era el Mesías. 42Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto. La gente
lo andaba buscando y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para que no
se separara de ellos. 43Pero él les dijo: «Es necesario que proclame el reino de Dios
también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado». 44Y predicaba en las
sinagogas de Judea.
Celebramos el Miércoles de la Vigésimo Segunda Semana del Tiempo Ordinario.
Deja que el perfume de la oración invada tu existencia de la certeza que contagia las fibras más íntimas y haga brotar el sentido último de tu vida, el sentido más global que pueda remitir la historia y toda la realidad a Dios, aún aquellas experiencias que son selladas por el vacío y el sufrimiento.
En el Evangelio de este Miércoles de la XXII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 4,38-44).
En Cafarnáum, en casa de Simón, Jesús cura a la suegra y, ella, levantándose enseguida, se puso a servirles.
Le traían muchos enfermos y él los curaba. Este poder manifestaba su verdadera identidad: el Mesías, el Hijo de Dios.
Querían retenerlo, pero Jesús le comunica que vino para anunciar el Reino de Dios, y que vino para muchos pueblos y personas.
“Recibe, Señor, nuestro desánimo y transfórmalo en fe. Recibe, Señor, nuestra soledad y transfórmala en contemplación. Recibe, Señor, nuestras amarguras y transfórmalas en paz del alma… Recibe, Señor, nuestra muerte y transfórmala en resurrección”.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
LIBROS DE FRANCISCO BAENA CALVO EN BUBOK
CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE