Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
13Al llegar a la región
de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente
que es el Hijo del hombre?». 14Ellos
contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o
uno de los profetas». 15Él
les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». 16Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú
eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo». 17Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!,
porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que
está en los cielos. 18Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré
mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. 19Te daré las llaves del
reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo
que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». 20Y les mandó a los
discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías. 21Desde entonces comenzó
Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí
mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que
ser ejecutado y resucitar al tercer día. 22Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡Lejos de ti
tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte». 23Jesús se volvió y dijo a Pedro: «¡Ponte detrás de mí, Satanás!
Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como
Dios».
Celebramos el Jueves de la Décimo Octava Semana del Tiempo Ordinario y la Iglesia celebra la memoria de San Juan María Vianney.
Hoy es necesario cimentar la fe cristiana en un testimonio válido que sea capaz de convertirse en la auténtica "roca angular” de la vida y de nuestra fe.
La auténtica fe cristiana se debe fundamentar en la experiencia pascual de Jesús de Nazaret, vivida y testimoniada por los apóstoles, unos testigos válidos, que puedan dar soporte estructural a una continuidad legítima entre nosotros y el mismo Jesús.
En el Evangelio de este Jueves de la XVIII del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 16,13-23).
Ante la pregunta de Jesús: "Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo?", Pedro, en nombre de los Doce, proclamará la verdadera identidad de Jesús: "Tú eres el Cristo, el Mesías de Dios".
Pedro será llamado a ser el fundamento de la comunidad que se va estructurando y extendiendo. Pero será el mismo Pedro, en ese momento, quien no entenderá el destino final y trágico de Jesús, por lo que el propio Jesús le amonestará duramente.
Pedimos especialmente por todos los sacerdotes y por todos los catequistas. Amén
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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