Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
28Unos
ocho días después de estas palabras, tomó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió
a lo alto del monte para orar. 29Y,
mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de
resplandor. 30De
repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, 31que, apareciendo con gloria, hablaban de
su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. 32Pedro y sus compañeros se caían de
sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban
con él. 33Mientras
estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que
estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías». No sabía lo que decía. 34Todavía
estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se
llenaron de temor al entrar en la nube. 35Y
una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». 36Después de oírse la voz, se encontró
Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie
nada de lo que habían visto.
Celebramos el Sábado de la Décimo Octava Semana del Tiempo Ordinario y la Fiesta de la Transfiguración del Señor.
Hoy es necesario cimentar la fe cristiana en un testimonio válido que sea capaz de convertirse en la auténtica "roca angular” de la vida y de nuestra fe.
La auténtica fe cristiana se debe fundamentar en la experiencia pascual de Jesús de Nazaret, vivida y testimoniada por los apóstoles, unos testigos válidos, que puedan dar soporte estructural a una continuidad legítima entre nosotros y el mismo Jesús.
En el Evangelio de esta fiesta de la Transfiguración leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 9,28b-36).
Jesús concede a Pedro, Santiago y a Juan, en el Monte Tabor, contemplar su Gloria.
En Jesús se encuentra la plenitud y la realización de todo el Antiguo Testamento, sintetizado en las figuras de Moisés y Elías.
Jesús irradia la gloria del Eterno y es el Hijo Amado del Padre, al que tenemos que escuchar.
¡Oh, Señor nuestro, ayúdanos a reconocerte en nuestros ambientes y a escuchar tu Palabra, que siempre permanece!
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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