Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
32No
temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el
reino. 33Vended
vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro
inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. 34Porque donde está vuestro tesoro, allí
estará también vuestro corazón. 35Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. 36Vosotros estad como los
hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas
venga y llame. 37Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar,
los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la
mesa y, acercándose, les irá sirviendo. 38Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra
así, bienaventurados ellos. 39Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el
ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. 40Lo mismo vosotros,
estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del
hombre». 41Pedro le dijo: «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por
todos?». 42Y el Señor dijo: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a
quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de
alimento a sus horas? 43Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo
encuentre portándose así. 44En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus
bienes. 45Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda
en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y
emborracharse, 46vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora
que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que
no son fieles. 47El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se
prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; 48pero el que, sin
conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos. Al que mucho se le
dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá.
Celebramos el Domingo de la Décimo Novena Semana del Tiempo Ordinario.
“La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama con razón “día del Señor" o domingo.
En el Evangelio de este Domingo de la XIX Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 12,32-40).
Jesús invita a sus discípulos al servicio y a la fe renovada: “tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Además, les insta a la vigilancia y a la espera sin desfallecer: “estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame”.
Señor: enséñanos a mirar al cielo. Enséñanos a gustar las cosas de arriba. Enséñanos a guardar tus palabras. Enséñanos anunciar tu mensaje.
Enséñanos a purificar nuestro interior y a honrarte con nuestro corazón. Enséñanos a sentir tu presencia viva. Enséñanos a reunirnos con los hermanos.
Enséñanos a extender tu reino. Enséñanos a esperar tu presencia y a servir a nuestros hermanos. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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