INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
6Había también una profetisa, Ana, hija
de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido
siete años casada, 37y
luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a
Dios con ayunos y oraciones noche y día. 38Presentándose en aquel momento, alababa
también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de
Jerusalén. 39Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor,
se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40El niño, por su parte,
iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba
con él.
Celebramos el sexto día de la Octava de Navidad.
El amor de Dios por la humanidad es lo que enmarca toda la encarnación de Dios, asumiendo las categorías de espacio y tiempo en su más íntima dinámica.
En este VI día de la Octava de Navidad leemos el Evangelio de san Lucas (Lc 2,36-40).
Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, anciana, que no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones, reconocerá en el niño Jesús al Salvador de Israel.
¡Oh, Señor que escuchemos y cumplamos la Palabra de Dios como hizo Santa María, Madre de Dios, sabiendo que la verdadera devoción a ella pasa por imitarla con fidelidad. Que este año que comienza sea un paso de Dios por nuestra vida para crecer en fe, esperanza y caridad, dejando atrás todas las imperfecciones y pecados.
Que seamos portadores e instrumentos de paz, recordando siempre que en la verdad está la paz, y que la justicia es el único camino válido para conseguirla!
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