Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
201El primer día de la semana, María la
Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa
quitada del sepulcro. 11Estaba María fuera, junto al sepulcro,
llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro 12y vio dos ángeles vestidos de blanco,
sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de
Jesús. 13Ellos
le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les contesta: «Porque se han
llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». 14Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de
pie, pero no sabía que era Jesús. 15Jesús
le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?». Ella, tomándolo por el
hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has
puesto y yo lo recogeré». 16Jesús
le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabbuní!», que significa:
«¡Maestro!». 17Jesús
le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a
mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios
vuestro”». 18María
la Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho
esto».
Celebramos el Viernes de la Décimo Sexta Semana del Tiempo Ordinario y la Iglesia celebra la fiesta de Santa María Magdalena.
El Padre Arrupe decía que “el que no vive para los demás, se deshumaniza a sí mismo”. No olvides que nacemos para el amor y somos un proyecto de amor en las manos de Dios, el Amor con mayúsculas.
En el Evangelio de este Viernes de la Décimo Sexta Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Juan (Jn 20,1.11-18).
María Magdalena será la encargada de anunciar a los apóstoles el triunfo pascual de Jesús y es la dichosa porque "ha visto al Señor" y le ha comunicado su buena noticia. María Magdalena reconocerá al Señor cuando Éste pronuncie su nombre.
Supliquemos a Dios que lo podamos amar con todo el corazón y al prójimo como a nosotros mismos, y tengamos la actitud del que escucha la Palabra y la cumple.
Pidamos por todos los que nos rodean y pidamos una bendición especial de Dios para todos. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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