Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
12En aquellos días, Jesús
salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. 13Cuando
se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los
que también nombró apóstoles: 14Simón,
al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe,
Bartolomé, 15Mateo,
Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; 16Judas
el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el
traidor. 17Después de bajar con ellos, se paró en una
llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo,
procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. 18Venían
a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus
inmundos quedaban curados, 19y
toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba
a todos.
Celebramos el Martes de la Vigésimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario.
Cuando parezca que tu vida se hace añicos y el huracán del vacío se apodere de tu interior... entonces descubre que tu existencia debe de anclarse en la búsqueda de un sentido global con dos alas invisibles, la razón y la fe, y te eleven más allá de ti mismo: hacia Dios.
En el Evangelio de este Martes de la XXIII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas. Jesús, después de hacer oración, elige a los doce apóstoles (Lc 6,12-19).
Jesús comprende su misión como algo que procede del Padre y que no se puede vivir aisladamente, sino en comunidad, y que implica meterse de lleno en la historia, en las alegrías y tristezas, gozos y sufrimientos de los hombres y mujeres.
¡Oh, buen Jesús, a quienes somos cobardes, danos tu valentía; a quienes somos hipócritas, danos tu sinceridad; a quienes somos comodones, danos tu látigo; a quienes somos egoístas, danos tu entrega; a quienes somos insensibles, danos tu vivencia; a quienes no sabemos amar, préstanos tu corazón...!
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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