Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
6Otro sábado, entró él
en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano
derecha paralizada. 7Los
escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y
encontrar de qué acusarlo. 8Pero
él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada: «Levántate y
ponte en medio». Y, levantándose, se quedó en pie. 9Jesús les dijo: «Os voy
a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal,
salvar una vida o destruirla?». 10Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo: «Extiende tu
mano». Él lo hizo y su mano quedó restablecida. 11Pero ellos, ciegos por
la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús.
Celebramos el Lunes de la Vigésimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario.
Hoy la Iglesia celebra la memoria de Santa Teresa de Calcuta. Decía Madre Teresa de Calcuta que “el fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz”.
En el Evangelio de este Lunes de la XXiII del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas. Jesús cura en la sinagoga y en sábado a un hombre que “tenía la mano derecha seca”. (Lc 6,6-11).
Llama la atención la actitud y el modo de comportarse que tienen Jesús y los escribas-fariseos.
Mientras que los escribas y fariseos, a escondidas, se dedican a espiar; la actitud de Jesús es liberadora y abierta. Y a Jesús no le importa que le acusen porque lo más importante es hacer el bien y no el mal, y de esa manera se santifica el sábado. Es el hombre, no la ley, quién debe ocupar el centro, porque como bien decía San Ireneo: “la gloria de Dios es la vida del hombre, y la vida del hombre es la visión de Dios”.
Pidamos a Dios con esta oración de Santa Teresa de Calcuta que nos enseñe a aprender a amar: “Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida; Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua…”
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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