Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
33Pero ellos le
dijeron: «Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos
también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber». 34Jesús les dijo: «¿Acaso podéis hacer
ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? 35Llegarán días en que les arrebatarán al
esposo, entonces ayunarán en aquellos días». 36Les dijo también una
parábola: «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto
viejo; porque, si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza
del nuevo. 37Nadie echa vino nuevo en odres viejos: porque, si lo hace, el
vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se
estropearán. 38A vino nuevo, odres nuevos. 39Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: “El
añejo es mejor”».
Celebramos el Viernes de la Vigésimo Segunda Semana del Tiempo Ordinario.
Madre Teresa de Calcuta decía que “el sufrimiento tomado en sí mismo no vale nada, pero si es compartido con la pasión de Cristo es un don maravilloso”. Ofrece tu sufrimiento al Señor, y Él te lo agradecerá.
En el Evangelio de este Viernes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 5,33-39).
Los fariseos y escribas critican, comparando, a los discípulos de Jesús: “Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber”.
Jesús les invita a contemplar el tiempo nuevo, el tiempo mesiánico, el tiempo de la alegría, el tiempo de las bodas nupciales de Dios con su Pueblo.
Dios mío, concédenos cumplir tu voluntad para que nos privemos de hacer el mal y podamos ayudar a nuestro prójimo en todas sus necesidades.
Ayúdanos a vivir la alegría cierta de tu Presencia entre nosotros y poder ser transmisores eficaces de tu Salvación. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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