Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan
que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre
sabe lo que os hace falta antes que lo pidáis. Vosotros rezad así: "Padre
nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día,
perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han
ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque
si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os
perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre
perdonará vuestras culpas.»
Celebramos el Jueves de la Undécima Semana del Tiempo Ordinario.
Escribe en tu corazón el primer artículo de la declaración universal de los derechos humanos: “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y, dotados, como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
En el Evangelio de este Jueves de la Undécima Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 6,7-15).
Jesús advierte a los discípulos cómo debe ser la verdadera oración.
La verdadera oración es un trato de amistad con Dios y situarse en la perspectiva del Reino, ponerse confiadamente en las manos de Dios. Tal es el sentido del Padre Nuestro.
¡El Padrenuestro es una oración para vivir, una oración para confiar, una dinamita que rompe con nuestro egoísmo, nuestras estrechas miras y nuestros mediocres proyectos personales, lejos del perdón!
Señor: Enséñanos a gustar las cosas de arriba. Enséñanos a guardar tus palabras. Enséñanos anunciar tu mensaje. Enséñanos a sentir tu presencia viva. Enséñanos a vivir el Padre Nuestro en nuestra vida cotidiana. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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