Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
19Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban
los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y
en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». 20Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los
discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. 21Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado,
así también os envío yo». 22Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el
Espíritu Santo; 23a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a
quienes se los retengáis, les quedan retenidos». 24Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando
vino Jesús. 25Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no
meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo
creo». 26A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y
Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y
dijo: «Paz a vosotros». 27Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos;
trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». 28Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». 29Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído?
Bienaventurados los que crean sin haber visto». 30Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la
vista de los discípulos. 31Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el
Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
Celebramos el II Domingo de Pascua, llamado el Domingo de la Divina Misericordia.
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica, nº 638: “... La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, transmitida como fundamental por la Tradición, establecida en los documentos del Nuevo Testamento, predicada como parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo que la Cruz:...”
En el Evangelio de este II domingo de Pascua leemos el Evangelio de San Juan (Jn 20,19-31).
Jesús resucitado está presente en su comunidad. Y sus discípulos creen en él. Pero Tomás no se fiaba de los otros discípulos que le decían: “Jesús está vivo”.
Tomás quería verle con sus propios ojos. Jesús sale a su encuentro y Tomás creyó. Jesús bendice a los que, como nosotros, creen en él sin haberlo visto, pero se fían de los que les han contado quienes le vieron resucitado: los apóstoles.
Señor Jesús, auméntanos la fe, la esperanza y el amor. Danos una fe fuerte y firme, llena de confianza. Danos entrañas compasivas y misericordiosas como las tuyas. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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