Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
22Llegaron a Betsaida. Y le trajeron a un ciego pidiéndole que
lo tocase. 23Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva
en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: «¿Ves algo?». 24Levantando los ojos dijo: «Veo hombres, me parecen árboles,
pero andan». 25Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró:
estaba curado y veía todo con claridad. 26Jesús lo mandó a casa diciéndole que no entrase en la aldea.
Celebramos el Miércoles de la Sexta del Tiempo Ordinario.
Para comprender toda la vida de Jesús es necesario situarla en la dinámica del amor.
El amor es el único camino que humaniza a la persona de ayer, hoy y mañana.
Sin el amor jamás la historia saldrá de los escondrijos del egoísmo, la envidia, la violencia y la desolación.
En el Evangelio de este Miércoles de la Sexta Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según Marcos (Mc 8,22-26).
El Evangelio de San nos habla cómo Jesús cura progresivamente la vista a un ciego en Betsaida.
El Evangelio nos relata un nuevo encuentro.
Jesús desembarca en Betsaida, a orillas del lago de Galilea. Allí le presentan un ciego suplicándole que lo toque. Este hombre aparece inicialmente sin voz, sin voluntad propia y depende de otros para acercarse a Jesús. Jesús le toma de la mano, le saca del pueblo, pone saliva en sus ojos, le impone las manos, le pregunta... En definitiva, Jesús le acompaña en su proceso.
En un segundo momento, el ciego aparece con voz pero no recupera del todo la visión: expresa su falta de claridad pues ve a las personas como seres lejanos con quienes no puede entrar en relación. Finalmente vemos a un hombre sano, muy diferente al que Jesús encontró: ve claramente y puede regresar a casa por sí mismo.
Seguir a Jesús es disponerse a caminar, acompañar procesos que les posibiliten a las personas ponerse en pie, caminar por ellas mismas y ver la vida con esperanza.
Pidamos especialmente en este día crecer en el seguimiento a Cristo. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
LIBROS DE FRANCISCO BAENA CALVO EN BUBOK
CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE