Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
14A los discípulos se les olvidó tomar pan y no tenían más que
un pan en la barca. 15Y él les ordenaba diciendo: «Estad atentos, evitad la
levadura de los fariseos y de Herodes». 16Y discutían entre ellos sobre el hecho de que no tenían
panes. 17Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué andáis discutiendo
que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón
embotado? 18¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No
recordáis 19cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco
panes entre cinco mil?». Ellos contestaron: «Doce». 20«¿Y
cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?».
Le respondieron: «Siete». 21Él les dijo: «¿Y no acabáis de comprender?».
Celebramos el VI Martes del Tiempo Ordinario.
Desde Jesucristo comprendemos, a la luz de toda su vida, que "Dios necesita de los hombres no para ser Dios sino para ser un Dios de hombres y mujeres" (Edward Shillebeeckx), y que es imposible gestar un credo razonable al margen de la historia de las personas.
En el Evangelio de este Martes de la Sexta Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Marcos (Mc 8,14-21).
Jesús y sus discípulos no hablan el mismo lenguaje.
Los discípulos toman en sentido material unas palabras de Jesús, que tienen un sentido espiritual.
En la época de Jesús, la fermentación que producía la levadura era contemplada como un proceso contaminante, como una verdadera corrupción.
Esta visión negativa la aplica Jesús a prácticas no acordes con el evangelio, que personifican los fariseos y Herodes.
Jesús les hará a los discípulos dos advertencias: “Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes” (Mc 8,15).
Pedimos especialmente que nos aumente y nos fortalezca la fe, siendo auténticos testigos del Evangelio en nuestros ambientes. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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