INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
45Después entró en el templo y se puso a echar a los
vendedores, 46diciéndoles: «Escrito está: “Mi casa será casa de oración”;
pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”». 47Todos los días enseñaba
en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los
principales del pueblo buscaban acabar con él, 48pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba
pendiente de él, escuchándolo.
Celebramos el Viernes de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario .
El apóstol San Pablo nos exhorta, a la alegría: "Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres, porque el Señor está cerca". El Señor ha resucitado, se ha entregado por nosotros por puro amor . Ha venido para darnos la paz, para decirnos que Dios nos ama. que somos valiosos a sus ojos.
En el Evangelio de este Viernes de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 19,45-48).
Después de haber llorado sobre la ciudad de Jerusalén, ahora Jesús siente la necesidad de "purificar" el templo, centro y compendio de la ciudad, porque ha sido infiel a la propia función que debía de tener. Recuerda un texto del profeta Zacarías: "Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos". Y expulsa a los vendedores del templo. Poco más tarde, proclamará que el nuevo y el definitivo Templo es Él mismo, el único Mediador.
Repitamos interiormente , iluminados por el Espíritu, que el amor a Dios sea lo único absoluto de nuestra vida, y que nos ayude a reconocerlo en el prójimo. Amén.
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