Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
38Y él, instruyéndolos, les decía: «¡Cuidado con los escribas!
Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las
plazas, 39buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros
puestos en los banquetes; 40y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas
oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa». 41Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo,
observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; 42se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un
cuadrante. 43Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que
esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. 44Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta,
que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Celebramos el Sábado de la Novena Semana del Tiempo Ordinario .
No olvides que el cristiano no elimina nada de cuanto bello, bueno y verdadero hay en cualquier persono o cultura. En cada persona y cultura debe encontrar “semillas de eternidad” y “señal del Eterno”, que desde Jesucristo le manifiesta el don maravilloso de la salvación.
En el Evangelio de este Sábado de la Novena Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Marcos (Mc 12,38-44).
Jesús denuncia a los escribas que se apropian honores y poder , y, como contraste, llama a la atención señalando una pobre viuda , que ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie, porque los demás echan de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.
La pobre viuda es una figura del Israel humilde y fiel a Dios. Y Jesús nos recuerda que el valor de un don no se mide por su importancia material, sino por la intención del que lo da.
Pidamos con insistencia a Dios la capacidad para dar y para darnos, la generosidad. Amén.
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