INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
71No
juzguéis, para que no seáis juzgados. 2Porque seréis
juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. 3¿Por qué te fijas en
la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el
tuyo? 4¿Cómo
puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo
una viga en el tuyo? 5Hipócrita: sácate
primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de
tu hermano.
Celebramos el Lunes de la Duodécima Semana del Tiempo Ordinario . Hoy la Iglesia celebra la memoria de San Luis Gonzaga, Patrón de la Juventud Católica.
San Ignacio de Antioquia recibió el martirio el año 107 en tiempos del Emperador Trajano, y durante su viaje a Roma escribió siete cartas, dirigidas a varias Iglesias.
En una de esas cartas a los cristianos de Roma escribía: “lo único que para mí habéis de pedir es que tenga fortaleza interior y exterior, para que no sólo hable, sino que esté también interiormente decidido, a fin de que sea cristiano no sólo de nombre, sino también de hecho. Si me porto como cristiano, tendré también derecho a este nombre y, entonces, seré de verdad fiel a Cristo”.
En el Evangelio de este Lunes de la Duodécima Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 7,1-5).
Jesús explica algunos criterios que deben regir la vida de la comunidad. Y comienza con una severa advertencia contra lo que puede romper las relaciones interpersonales: nadie, juzgando al hermano, se tome la osadía de convertirse en el Gran Juez, Dios. El que practica la crítica implacable, recibirá crítica implacable. Sólo con el amor se puede ayudar al otro, incluso en circunstancias difíciles como es la corrección fraterna. Es necesario una purificación sincera en nosotros mismos.
Pidamos con insistencia a Dios un corazón misericordioso y compasivo para soportar las debilidades del otro. Pidamos hoy por todos los jóvenes de nuestra generación. Amén.
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