Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
7El
tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque
unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; 8otros,
en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de
los antiguos profetas. 9Herodes
se decía: «A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo
semejantes cosas?». Y tenía ganas de verlo.
Celebramos el Jueves de la Vigésimo Quinta Semana del Tiempo Ordinario.
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica, nº 571: “El Misterio Pascual de la Cruz y de la Resurrección de Cristo está en el centro de la Buena Nueva que los apóstoles, y la Iglesia a continuación de ellos, deben anunciar al mundo. El designio salvador de Dios se ha cumplido de “una vez por todas” (Hb 9,26) por la muerte redentora de su Hijo Jesucristo”.
En el Evangelio de este Jueves de la XXV Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 9,7-9).
Herodes está perplejo y se pregunta: ¿Quién es ese Jesús de quien todo el mundo habla? Y buscaba verle. Sin embargo, esta visión no le guía la fe, sino una malsana curiosidad.
Oramos al Espíritu Santo para que nos conceda sus siete dones y podamos crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad con esta preciosa oración del Cardenal Verdier: “Oh Espíritu Santo, Amor del Padre, y del Hijo, Inspírame siempre lo que debo pensar,
lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia Santificación. Espíritu Santo,... Amén”.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
LIBROS DE FRANCISCO BAENA CALVO EN BUBOK
CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE