Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
43Pues no hay
árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; 44por ello,
cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni
se vendimian racimos de los espinos. 45El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca
el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el
corazón habla la boca. 46¿Por qué me llamáis “Señor, Señor”, y no hacéis lo que
digo? 47Todo el que viene a mí, escucha mis palabras y las pone en
práctica, os voy a decir a quién se parece: 48se parece a uno que edificó una casa: cavó, ahondó y puso los
cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y
no pudo derribarla, porque estaba sólidamente construida. 49El que escucha y no
pone en práctica se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin
cimiento; arremetió contra ella el río, y enseguida se derrumbó desplomándose,
y fue grande la ruina de aquella casa».
Celebramos el Sábado de la Vigésimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario.
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica, nº 638: “Os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús” (Hch 13,32-33). La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, transmitida como fundamental por la Tradición,...”
En el Evangelio de este Sábado de la XXIII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 6,43-49).
Dios es compasivo y misericordioso, y la persona debe dar frutos que siempre permanezcan, frutos de amor. El que es bueno, del buen tesoro del corazón, saca el bien. Por nuestros frutos seremos conocidos.
Pidamos a Dios que nos conceda cumplir su voluntad y ser capaces de vivir el Evangelio. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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