Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
Habiendo
llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:
«En verdad os digo que ningún profeta es
aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en
los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo
una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado
Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos
había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos
fue curado sino Naámán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se
pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron
hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con
intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su
camino.
Celebramos el Lunes de la Tercera Semana de Cuaresma.
La Cuaresma es una peregrinación hacia la Pascua que sitúa su punto de partida en el pacto de amor que Dios ha hecho con la humanidad, que culmina en Jesucristo.
Cada Cuaresma es una oportunidad más para volver al Dios vivo, manifestado en Jesucristo.
El Evangelio de San Lucas en este III Lunes de Cuaresma nos presenta cómo Jesús en la sinagoga de Nazaret genera un escándalo monumental al proclamar que Él es el Mesías, reconociendo que “Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy”.
El escándalo que provoca le sirve a Jesús para afirmar que ningún profeta es bien recibido en su tierra, y hace referencia a la curación de dos extranjeros en tiempos de Elías y Eliseo: la viuda de Sarepta de Sidón y Naamán, el Sirio. (cf. Lc 4,24-30).
Como a Naamán, que, sanado de la lepra, vuelve a dar gracias al profeta Eliseo y decide dar culto solo al Dios de Israel, Jesús les recuerda que la Buena Noticia llegará a toda la humanidad.
Pidamos al Padre que nos conceda no escandalizarnos de Jesús, y reconocer en Él al Señor de nuestra historia, y lo hacemos. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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