INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
31Y bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les
enseñaba. 32Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra
estaba llena de autoridad. 33Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de
demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz: 34«¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús
Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios». 35Pero Jesús le increpó diciendo: «¡Cállate y sal de él!».
Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió
sin hacerle daño. 36Quedaron todos asombrados y comentaban entre sí: «¿Qué clase
de palabra es esta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espíritus
inmundos, y salen». 37Y su fama se difundía por todos los lugares de la comarca.
Celebramos el Martes de la Vigésimo Segunda Semana del Tiempo Ordinario y la Iglesia celebra la memoria de San Gregorio Magno.
La vida cristiana, en el fondo, crecerá en su esencia si amamos, vivimos e imitamos a Jesús, anunciado y testimoniado en la Iglesia, proclamado y continuado en la historia y la realidad del mundo.
En el Evangelio de este Martes de la XXII del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas. Enseña en Cafarnaúm y cura a un endemoniado (Lc 4,31-37).
En Cafarnaúm, en la ciudad contaminada por la presencia de los paganos, puede actuar Jesús, y allí curará a un endemoniado. Ese hombre pasará de alineado a liberado.
Señor Jesús: venimos a pedirte paz, sabiduría y fortaleza. Hoy queremos mirar el mundo con ojos llenos de amor; ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno. Ver detrás de las apariencias a tus hijos, como los ves Tú mismo, para, así, poder apreciar la bondad de cada uno. Cierra mis ojos a toda murmuración, guarda mi lengua de toda maledicencia, que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mí. Amen.
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