INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
51Una
vez que la gente se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios, estando
él de pie junto al lago de Genesaret, 2vio dos barcas que
estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando
las redes. 3Subiendo
a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de
tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. 4Cuando acabó de
hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca». 5Respondió Simón y
dijo: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada;
pero, por tu palabra, echaré las redes». 6Y, puestos a la obra,
hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. 7Entonces hicieron
señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a
echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que
casi se hundían. 8Al
ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo: «Señor, apártate de
mí, que soy un hombre pecador». 9Y
es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la
redada de peces que habían recogido; 10y
lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de
Simón. Y Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». 11Entonces sacaron las
barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Celebramos el Jueves de la Vigésimo Segunda Semana del Tiempo Ordinario y la Iglesia celebra la memoria de Santa Teresa de Calcuta.
Jesús de Nazaret nos insiste: “COMO EL PADRE ME AMÓ YO OS HE AMADO.PERMANECED EN MI AMOR, PERMANECED EN MI AMOR”. Permanezcamos siempre en el Amor de Jesús y daremos frutos de amor en nuestra vida, eliminando todo aquello que nos estorba.
En el Evangelio de este Jueves de la XXII del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas.
Enseña en Cafarnaúm y cura a un endemoniado (Lc 5,1-11).
En la orilla del lago Genesaret la gente se agolpaba para oír la Palabra de Dios, y subiendo a la barca de Pedro, enseñaba a la gente. Poco después Jesús manifiesta su autoridad divina realizando una pesca milagrosa, una pesca que parece imposible para Pedro que “habían estado bregando todo la noche y no hemos cogido nada”.
Pedro, asombrado, se arroja a sus pies, le adora y le confiesa que no es digno de su presencia y acción. Y, Jesús consolida su confianza en Pedro, invitándola a no temer y a comunicarle un cambio radical: no será pescador, sino apóstol. Esta invitación será ampliada a todos sus compañeros, a Santiago y a Juan, los hijos del Zebedeo, “que dejándolo todo, le siguieron”.
Señor Jesús: Queremos oír en nuestro interior las palabras ardientes que escucharon Pedro y sus compañeros: “Rema mar adentro, y echad las redes para pescar”. Amén.
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