Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
49He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya
esté ardiendo! 50Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro
hasta que se cumpla! 51¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino
división. 52Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra
dos y dos contra tres; 53estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el
padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su
nuera y la nuera contra la suegra».
Celebramos el Jueves de la Vigésimo Novena Semana del Tiempo Ordinario.
Hoy es necesario cimentar la fe cristiana en un testimonio válido que sea capaz de convertirse en la auténtica "roca angular” de la vida y de nuestra fe.
La auténtica fe cristiana se debe fundamentar en la experiencia pascual de Jesús de Nazaret, vivida y testimoniada por los apóstoles, unos testigos válidos, que puedan dar soporte estructural a una continuidad legítima entre nosotros y el mismo Jesús.
En el Evangelio de este Jueves de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 12,49-53).
Jesús, aún sabiendo que para alcanzar su propósito ha de pasar por la muerte, siente prisa porque arda el fuego de amor que ha venido a traer al mundo. Y señala que el Reino de Dios se presenta al término de una lucha que divide a las familias y a las personas. Jesús no quiere la división, aunque el anuncio de su Evangelio se volvió motivo de mucha división para sus contemporáneos, siendo una “señal de contradicción”.
Pidamos que el Señor nos conceda que seamos testigos y portadores del amor de Dios en nuestros ambientes. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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