Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
22Mientras
recorrían juntos Galilea, les dijo Jesús: «El Hijo del hombre será entregado en
manos de los hombres, 23lo
matarán, pero resucitará al tercer día». Ellos se pusieron muy tristes. 24Cuando llegaron a
Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro
y le preguntaron: «¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?». 25Contestó: «Sí». Cuando
llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? Los
reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los
extraños?». 26Contestó: «A los extraños». Jesús le dijo: «Entonces, los hijos
están exentos. 27Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al mar, echa el
anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda
de plata. Cógela y págales por mí y por ti».
Celebramos el Lunes de la Décimo Novena Semana del Tiempo Ordinario y la Iglesia celebra la memoria de Santo Domingo de Gúzman.
La auténtica fe cristiana se debe fundamentar en la experiencia pascual de Jesús de Nazaret, vivida y testimoniada por los apóstoles, unos testigos válidos, que puedan dar soporte estructural a una continuidad legítima entre nosotros y el mismo Jesús.
En el Evangelio de este Lunes de la XIX del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 17,22-27).
Jesús anuncia un nuevo anuncio de su pasión, muerte y resurrección, y a continuación en Cafarnaúm les pregunta si hay que pagar o no el tributo al César.
En realidad, Jesús, con su respuesta, habla de su muerte y que ha sido enviado por el Padre para pagar el tributo o el rescate por todos para siempre.
Pidamos a Dios con esta oración de Madre Teresa de Calcuta que nos enseñe a aprender a amar: “Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida; Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua; Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor… Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo”. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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