Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
17Jesús les dijo: «Mi Padre sigue actuando, y yo también
actúo». 18Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no
solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose
igual a Dios. 19Jesús tomó la palabra y les dijo: «En verdad, en verdad os
digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al
Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, 20pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y
le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro. 21Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida,
así también el Hijo da vida a los que quiere. 22Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al
Hijo todo el juicio, 23para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no
honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió. 24En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree
al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado
ya de la muerte a la vida. 25En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí,
en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. 26Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha
dado también al Hijo tener vida en sí mismo. 27Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del
hombre. 28No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que
están en el sepulcro oirán su voz: 29los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de
vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. 30Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y
mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me
envió.
Celebramos el Miércoles de la Cuarta Semana de Cuaresma.
Dice Bonifacio Fernández que “la cuaresma en un tiempo de preparación para la Pascua. Se recuerda así el camino histórico de Jesús hacia Jerusalén seguido por sus discípulos. Al mismo tiempo, se actualiza el camino pascual de los discípulos desde Jerusalén al mundo entero. Y se hace la memoria de nuestro camino bautismal en el hoy de nuestra vida cristiana”.
En este Miércoles de la Cuarta Semana de Cuaresma leemos el Evangelio de San Juan (Jn 5,17-31).
Continuamos leyendo el relato de la curación del enfermo inválido en la piscina de Betesda.
Jesús ha quebrantado las sagradas normas del sábado y se proclama “Hijo del Padre”, se hace igual a Dios. Y esto provoca el propósito de matarle en los judíos.
Jesús recuerda la íntima relación con el Padre. Cristo, con su obra vivificadora, no hace sino dar testimonio del que le ha enviado, el Padre. Realiza la obra de Dios entre los hombres. Y proclama que el que oye su voz vivirá para siempre.
Señor, haznos profetas, personas que seamos "consecuentes en su pensar y coherentes en sus palabras; que sean rápidos para escuchar y calmosos para responder” (Eclo 5,10-11).
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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