Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
39Les dijo también una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a
otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? 40No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando
termine su aprendizaje, será como su maestro. 41¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y
no reparas en la viga que llevas en el tuyo? 42¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te
saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo?
¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar
la mota del ojo de tu hermano. 43Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que
dé fruto bueno; 44por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se
recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. 45El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca
el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el
corazón habla la boca.
Celebramos el Domingo de la Octava Semana del Tiempo Ordinario.
Nuestra vida cristiana ciertamente es una vida espiritual trinitaria: una vida en el Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Trinidad es un Misterio de Amor, un Misterio de Comunión y de Comunicación. Tengamos confianza e intimidad con la Trinidad.
En el Evangelio de este Domingo de la VIII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 6,39-45).
Jesús nos recuerda la necesidad de ser bondadoso y compasivo con nuestro prójimo.
Decía Jesús que todo árbol bueno da frutos buenos y todo árbol malo da frutos malos.
Somos invitados, como seguidores de Jesús, a realizar buenas obras, aportando solidaridad, comunión, confianza, apoyo, seguridad, justicia y caridad.
Pedimos especialmente a Dios que nos ayude a buscar el Reino de Dios y su justicia, y que podamos vivir el momento presente llenándolo de amor. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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