Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
81Por
aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué
comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: 2«Siento
compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué
comer, 3y si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por
el camino. Además, algunos han venido desde lejos». 4Le
replicaron sus discípulos: «¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en
despoblado, para saciar a tantos?». 5Él
les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis?». Ellos contestaron: «Siete». 6Mandó
que la gente se sentara en el suelo y tomando los siete panes, dijo la acción
de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran.
Ellos los sirvieron a la gente. 7Tenían
también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la bendición, y mandó
que los sirvieran también. 8La
gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete
canastas; 9eran unos cuatro mil y los despidió; 10y enseguida montó en la barca con sus discípulos y se fue a
la región de Dalmanuta.
Celebramos el Sábado de la Quinta Semana del Tiempo Ordinario.
En el Sábado fundamentalmente la Iglesia mira a la Virgen María. María es la "perfecta seguidora de Cristo", que dando un sí al proyecto de salvación, avanza en su peregrinación de fe, escuchando y guardando la Palabra de Dios, manteniéndose unida a su Hijo hasta la cruz. Jesús enseña a María, su madre, la plena revelación de la identidad de Dios Padre, misericordioso y compasivo, liberador y redentor.
En el Evangelio de este Sábado de la Quinta Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según San Marcos (Mc 8,1-10).
El Evangelio de San Marcos nos presenta la segunda multiplicación de los panes. Nos muestra cómo Jesús hace por los no judíos lo mismo que había hecho por los judíos. (cf. Mc 8,1-10).
Reconocemos cómo Jesús siente compasión y preocupación por la situación que vive la gente, y por sus necesidades más básicas: “Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen que comer…” (Mc 8,2).
Frente a la reacción escéptica, e incluso incrédula de los discípulos, Jesús les invita a compartir lo que puedan y tienen. Y, en esa generosidad, se realiza el milagro.
Pidamos a Dios que nos conceda cumplir su voluntad y ser capaces de vivir el Evangelio. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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