INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
11En el principio existía el Verbo, y el
Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. 2Él estaba en el principio junto a Dios. 3Por medio de él se hizo todo, y sin él
no se hizo nada de cuanto se ha hecho. 4En él estaba la vida, y la vida era la
luz de los hombres. 5Y
la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió. 9El Verbo era la luz verdadera, que
alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. 10En el mundo estaba; | el mundo se hizo
por medio de él, y el mundo no lo conoció. 11Vino a su casa, y los suyos no lo
recibieron. 12Pero
a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en
su nombre. 13Estos
no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, | ni de deseo de varón, sino que
han nacido de Dios. 14Y
el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria:
gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Queridos todos, hermanos y hermanas en Cristo, ¡Feliz Navidad!
Celebramos un acontecimiento importante en la historia y para todas las personas.
En el año 2015 del nacimiento de Abrahán, en la Olimpiada 194, en el año 752 de la fundación de Roma, Jesucristo, eterno Dios e Hijo del Eterno Padre, queriendo consagrar el mundo con su misericordiosa venida, nace en Belén de Judá, de María Virgen, hecho hombre. Así nos cuenta el martirologio romano el nacimiento de Jesús, el Salvador.
“El Niño que nos ha nacido y el Hijo que se nos ha dado es la expresión del amor de Dios”.
Todo cuanto existe cobra vida cuando amamos sin desfallecer desde lo más diminuto hasta lo más grandioso. Y este amor se manifiesta a borbotones desde la “ternura de Belén”.
En el Evangelio esta Solemnidad de la Natividad del Señor leemos el Evangelio de San Juan (Jn 1,1-18).
El prólogo de este Evangelio es una introducción solemne, distribuido en siete estrofas de estructura semita, donde se contempla la plenitud de la revelación que nos ha traído Jesucristo, el Logos, el Verbo que ha salido del Padre y se ha hecho hombre, la Sabiduría que estaba en Dios.
Ven Espíritu Santo, en este tiempo de Navidad, ilumina mi corazón, para ver las cosas que son de Dios. Ven Espíritu Santo, dentro de mi mente, para conocer las cosas que son de Dios. Amén.
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