INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
16¿A quién compararé esta generación? Se asemeja a unos niños
sentados en la plaza, que gritan diciendo: 17“Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado
lamentaciones, y no habéis llorado”. 18Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un
demonio”. 19Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí
tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Pero la
sabiduría se ha acreditado por sus obras».
Celebramos el Viernes de la Segunda Semana de Adviento.
Hoy la Iglesia celebra la memoria de Santa Eulalia de Mérida.
Nació en Emerita Augusta (Mérida) en el año 292. Cuando Eulalia tenía doce años se presentó ante el gobernador Daciano y le protestó valientemente diciéndole que esas leyes que mandaban adorar ídolos y prohibían a Dios eran totalmente injustas y no podían ser obedecidas por los cristianos, y Eulalia murió quemada.
En el Evangelio de este Viernes leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 11,16-19).
Jesús en el evangelio profundiza en la misión de Juan Bautista y la suya propia. Juan será el precursor y testigo, mientras que Jesús es el Mesías enviado y anunciado. Y nuevamente Jesús denuncia la respuesta de los oyentes que se parecen a esos chiquillos sentados en las plazas, que se gritan unos a otros: "Os hemos tocado la flauta y no habéis bailado, hemos cantado lamentaciones y no habéis llorado".
Juan es incómodo en su misión de “preparar el camino del Señor” y Jesús es incómodo en su tarea de anunciar la “salvación misma de Dios”.
Juan es criticado porque que ni comía ni bebía, y dijeron: Tiene un demonio, mientras que Jesús es criticado porque es un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.
Jesús viene y ofrece alegría, amor para todos los hombres, especialmente para los más humildes y marginados. ¡También viene a nosotros para hacerse anfitrión de su mesa!
Pidamos a Dios que nos conceda el don de la conversión para poder vivir conforme al Evangelio.
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