INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
38Y él, instruyéndolos, les decía: «¡Cuidado con los escribas!
Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las
plazas, 39buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros
puestos en los banquetes; 40y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas
oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa». 41Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente
que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; 42se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un
cuadrante. 43Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que
esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. 44Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta,
que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Celebramos el Domingo de la Trigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario y la Iglesia celebra el día de la Iglesia diocesana.
Jesús de Nazaret nos invita a vivir el presente como manifestación y presencia de Dios en la vida de cada uno de nosotros, y nos urge: “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal” (Mt 6,34).
En el Evangelio de este Domingo XXXII del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Marcos (Mc 12,38-44).
Jesús les advierte a sus discípulos que se guarden de quienes buscan los exhibicionismos, las ambiciones personales, los aplausos, los deseos de prestigio con la intención de que los vean, aunque su interior esté corrompido y usan la religión para explotar a la gente, principalmente a la más débil.
La generosidad de una pobre viuda en el cepillo del templo sirve a Jesús para resaltar que el valor de un don no se mide por su importancia material, sino por la intención del que lo da.
Pidamos a Dios que nos conceda crecer en la esperanza y nos abramos al Dios Todopoderoso, Dios de la vida y fundamento de nuestra existencia.
Pidamos por nuestra Iglesia diocesana. Amén.
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