Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
47Vio
Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de
verdad, en quien no hay engaño». 48Natanael
le contesta: «¿De qué me conoces?». Jesús le responde: «Antes de que Felipe te
llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». 49Natanael respondió: «Rabí, tú eres el
Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». 50Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho
que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». 51Y le añadió: «En verdad, en verdad os
digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el
Hijo del hombre».
Hoy la Iglesia celebra la Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. La palabra Arcángel proviene de dos palabras. Arc = el principal. Y ángel. O sea "principal entre los ángeles.
Miguel significa "¿quién como Dios?" . Gabriel significa "fortaleza de Dios". Rafael significa "medicina de Dios".
En el Evangelio de este Miércoles de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Juan (Jn 1,47-51).
Jesús elige a los primeros discípulos, y Natanael se asombra de que un hombre, de origen humilde y galileo, lea en su corazón sus intenciones. Y Jesús le dirá: “¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores”. Y alude a la célebre escala de Jacob, cuando el patriarca contempló en Betel la comunicación entre Dios y el mundo. Ahora se asegura que la comunicación no será ocasional, sino permanente.
Dirijámonos a Dios con esta oración de San Agustín: “Señor, tú eres infinitamente grande, y no hay ninguna alabanza que pueda hacerte justicia. Sin embargo, yo, esta pequeñez que tú has creado, me atrevo a cantar tu alabanza. ... Nos has creado para ti y nuestro corazón no descansará en paz mientras no repose en ti.
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