INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
54Decía también a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente,
decís enseguida: “Va a caer un aguacero”, y así sucede. 55Cuando sopla el sur decís: “Va a hacer bochorno”, y sucede. 56Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del
cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? 57¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo? 58Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz
lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a
la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en
la cárcel. 59Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última
monedilla».
Celebramos el Viernes de la Vigésimo Novena Semana del Tiempo Ordinario.
Para comprender toda la vida de Jesús es necesario situarla en la dinámica del amor. El amor es el único camino que humaniza al hombre de ayer, hoy y mañana. Sin el amor jamás la historia saldrá de los escondrijos del egoísmo, la envidia, la violencia y la desolación.
En el Evangelio de este Viernes de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 12,54-59).
Jesús señala que una de las actitudes más características del discípulo es el discernimiento sobre los signos de los tiempos, no quedándose en la interpretación de los fenómenos naturales, sino sabiendo leer en profundidad en la historia.
Esto conlleva siempre una actitud de conversión, orientar la propia vida siguiendo fielmente a Cristo.
Pidamos a Dios que nos ayude a saber leer los signos de nuestro tiempo. ¡Oh, Señor mío, dueño del cielo y de la tierra, artífice de la libertad y de la justicia, amo del tiempo y esencia misma de la permanencia del ser, queremos pedirte en esta hora que nos des la capacidad de perdón y la posibilidad de interpretar los acontecimientos que ocurren a nuestro alrededor!
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