Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
27Se
acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y le
preguntaron: 28«Maestro,
Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero
sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”. 29Pues
bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. 30El
segundo 31y
el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar
hijos. 32Por
último, también murió la mujer. 33Cuando
llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la
tuvieron como mujer». 34Jesús
les dijo: «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, 35pero
los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la
resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en
matrimonio. 36Pues
ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son
hijos de la resurrección. 37Y
que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la
zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de
Jacob”. 38No
es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos». 39Intervinieron
unos escribas: «Bien dicho, Maestro». 40Y
ya no se atrevían a hacerle más preguntas.
Celebramos el XXXIII Sábado del Tiempo Ordinario y celebramos la memoria de Santa Catalina de Alejandría.
Nuestra vida cristiana ciertamente es una vida espiritual trinitaria: una vida en el Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Trinidad es un Misterio de Amor, un Misterio de Comunión y de Comunicación.
En el Evangelio de este Sábado de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 20,27-40).
Unos saduceos, que niegan la resurrección, se acercan a Jesús e intentan ridiculizarlo presentándole un caso insólito: una mujer se casó a lo largo de su vida con siete hermanos y murió sin descendencia. ¿Cuándo llegue la resurrección, de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella".
Jesús responde con algunos textos de la Sagrada Escritura, afirmando que la resurrección no es la simple continuación de esta vida, sino una diversa, plena: "... los que sean dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. ..., son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección...
Pidamos a Dios que nos conceda crecer en la esperanza en la vida eterna para que vivamos cada momento como una oportunidad para transformar este mundo conforme a su proyecto de salvación. Amén.
LIBROS DE FRANCISCO BAENA CALVO EN BUBOK
CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE