Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
11Mientras
ellos escuchaban todo esto, añadió una parábola, porque él estaba cerca de
Jerusalén y pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida. 12Dijo,
pues: «Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de
rey, y volver después. 13Llamó
a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles: “Negociad
mientras vuelvo”. 14Pero
sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada diciendo:
“No queremos que este llegue a reinar sobre nosotros”. 15Cuando
regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos
a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. 16El primero se presentó
y dijo: “Señor, tu mina ha producido diez”. 17Él le dijo: “Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo
pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades”. 18El segundo llegó y dijo: “Tu mina, señor, ha rendido
cinco”. 19A ese le dijo también: “Pues toma tú el mando de cinco
ciudades”. 20El otro llegó y dijo: “Señor, aquí está tu mina; la he tenido
guardada en un pañuelo, 21porque tenía miedo, pues eres un hombre exigente que retiras lo
que no has depositado y siegas lo que no has sembrado”. 22Él le dijo: “Por tu
boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que
no he depositado y siego lo que no he sembrado? 23Pues ¿por qué no
pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los
intereses”. 24Entonces dijo a los presentes: “Quitadle a este la mina y
dádsela al que tiene diez minas”. 25Le dijeron: “Señor, ya tiene diez minas”. 26“Os digo: al que tiene
se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. 27Y en cuanto a esos
enemigos míos, que no querían que llegase a reinar sobre ellos, traedlos acá y
degolladlos en mi presencia”». 28Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia
Jerusalén.
Celebramos el Miércoles de la Trigésimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario.
Hoy la Iglesia celebra al memoria de Santa Cecilia, patrona de los músicos. Virgen, santa y mártir romana del siglo III.
El culto de santa Cecilia se difundió ampliamente a causa del relato de su martirio, que la ensalza como ejemplo de la mujer cristiana.
En el Evangelio de este Miércoles de la XXXIII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 19,11-28).
Jesús, ante los discípulos que piensan que el triunfo está para llegar, les responde con una parábola: la parábola de los talentos. Un día juzgará a los hombres, y cada uno habrá de dar cuenta de su gestión, según la capacidad y lo que se le dio.
Esta parábola, cercana ya la entrada de Jesús en Jerusalén, donde encontrará el martirio y la muerte, tiene un sentido pascual y escatológico.
Pidamos especialmente a Dios que nos disponga a escuchar su Palabra: Señor, abre mis ojos y mis oídos a tu palabra. que lea y escuche yo tu voz y medite tus enseñanzas, despierta mi alma y mi inteligencia para que tu palabra penetre en mi corazón y pueda yo saborearla y comprenderla. Amén.
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