Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
25Mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les
dijo: 26«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a
su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo,
no puede ser discípulo mío. 27Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser
discípulo mío. 28Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se
sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? 29No sea que,
si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que
miran, 30diciendo: “Este hombre empezó a construir y no pudo
acabar”. 31¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta
primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo
ataca con veinte mil? 32Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados
para pedir condiciones de paz. 33Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a
todos sus bienes no puede ser discípulo mío.
Celebramos el Miércoles de la Trigésima Primera Semana del Tiempo Ordinario .
El cristiano no elimina nada de cuanto bello, bueno y verdadero hay en cualquier persona o cultura. En cada persona y cultura debe encontrar “semillas de eternidad” y “señal del Eterno”, que desde Jesucristo le manifiesta el don maravilloso de la salvación.
En el Evangelio de este Miércoles de la Trigésima Primera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 14,25-33).
Jesús nos invita a seguirle pero es preciso someterse a ciertas condiciones: Hay que desprenderse de todo aquello que pueda ser un obstáculo para el seguimiento. Hay que subordinar incluso los vínculos familiares y hasta personales.
Hay que desprenderse de los bienes para seguirle a Él. Más aún, este seguimiento puede ser doloroso, e incluso nos invita a tomar la cruz de cada día y seguirle sólo a Él.
Pidamos a Dios que nos ayude a ser portadores de la Buena Noticia de Jesús y ser la fragancia de Cristo en nuestros ambientes. Amén.
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