Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
61Un sábado, iba él caminando por medio de un sembrado y sus discípulos arrancaban y comían espigas, frotándolas con las manos. 2Unos fariseos dijeron: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?». 3Respondiendo Jesús, les dijo: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros sintieron hambre? 4Entró en la casa de Dios, y tomando los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, comió él y dio a los que estaban con él». 5Y les decía: «El Hijo del hombre es señor del sábado»
Celebramos el Sábado de la Vigésimo Segunda Semana del Tiempo Ordinario.
¡Cómo resuena las palabras de Cristo en esta época tan sellada de violencia: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9)!
En el Evangelio de este Sábado de la XXII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 6,1-5).
Jesús y sus discípulos atravesaban un sembrado en sábado, y cogían el grano.
Unos fariseos le preguntan por qué hacen en sábado lo que no está permitido.
Jesús, haciendo uso de la Sagrada Escritura, puntualiza que “el Hijo del hombre es señor del sábado”.
Dirijámonos a Dios confiando plenamente en él sabiendo que para todas las cosas negativas que nos decimos... Dios tiene una respuesta positiva. Cuando decimos: es imposible...Dios dice: “Todo es posible” (Lc 18,27) Cuando decimos: Estoy cansado... Dios dice: “Yo te aliviaré” (Mt 11,26-30) Cuando decimos: Nadie me quiere... Dios dice: “Yo te amo” (Jn 3,16; 13,34) Cuando decimos: No puedo continuar... Dios dice: “Mi gracia te basta” (2 Cor 12,9) Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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