Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
141Un
sábado, entró él en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos
lo estaban espiando. 7Notando
que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola: 8«Cuando
te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan
convidado a otro de más categoría que tú; 9y
venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga: “Cédele el puesto a este”.
Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. 10Al
revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que,
cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces
quedarás muy bien ante todos los comensales. 11Porque
todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido».
Celebramos el Sábado de la Trigésimo Semana del Tiempo Ordinario y la Iglesia celebra la memoria de San Carlos Borromeo.
La persona cristiana no elimina nada de cuanto bello, bueno y verdadero hay en cualquier persona o cultura. En cada persona y cultura debe encontrar “semillas de eternidad” y “señal del Eterno”, que desde Jesucristo le manifiesta el don maravilloso de la salvación.
En el Evangelio de este Sábado de la XXX Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 14,7-11).
Jesús, en casa de uno de los principales fariseos que le había invitado para comer, llama la atención de aquellos que van buscando los primeros puestos y los lugares de honor.
La comida le sirve a Jesús para hablar sobre el banquete mesiánico, abierto a todos, y Dios mismo será el anfitrión que valorará que “todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.
Pidamos a Dios que nos concede crecer en la fe, la esperanza y la caridad. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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